Introducción
En el transcurso de los fastos de la música han nacido numerosos grupos y artistas, que a través de diversos estilos y géneros musicales, han logrado trascender y quedar plasmados en la historia musical, pero además existen grupos selectos de ellos que no solo han triunfado en tal ámbito, sino que han repercutido en otros aspectos, como cultura, sociedad y política. Si bien cada estilo musical intrínsecamente forma parte de un sentimiento, ideales, sueños o esperanzas, no todos cuentan con la potencia necesaria para hacerse escuchar y así lograr el cambio deseado; y es por esto que este ensayo tratará sobre el fenómeno Los Prisioneros quien es considerada una de las mejores bandas de Latinoamérica.
Un poco de historia, por si no los conocías...
Bueno podría asumir que todos conocen la historia de cómo se conocieron los integrantes de Los Prisioneros, pero es mejor no asumir. Así que mejor comienzo a narrar una breve historia.
El alcance de sus canciones, la marca indeleble de su arenga social y la simplicidad pegajosa de sus melodías hicieron de Los Prisioneros una banda de características únicas en la historia del rock chileno. Todo comienza cuando Jorge Gonzales (Bajo, voz, compositor), Claudio Narea (Guitarra eléctrica) y Miguel Tapía (Baterista), se conocen en el Liceo 6 de San Miguel en Santiago, Chile. Gracias a la música nace una gran amistad, donde tocar instrumentos caseros y cantar, se transforma en algo realmente serio para ellos. Al principio, se hicieron llamar Los Pseudopillos y posteriormente Los Vinchukas, hasta que en 1983 adoptaron definitivamente el nombre de Los Prisioneros.
En 1983, ellos egresan del Liceo. Y por el buen puntaje que Jorge González obtiene en la PAA, ingresa a estudiar sonido en la Universidad de Chile y es ahí donde conoce a Carlos Fonseca, dueño de una disquería en Providencia, a quien le cuenta que tienen una banda y le muestra un cassette con su música, Fonseca queda encantado y los ayuda a conseguir instrumentos y contactos para poder hacer sus conciertos.
En 1984, bajo el sello Fusión de Fonseca, editaron La Voz de los 80 y aparecieron en algunos medios como: Radio Galaxia, Sábados Gigantes, Canal 11 y la Teletón de 1985.
Auge
La letra de sus canciones abordan temas sociales. Jorge González era muy directo a la hora de enfrentar a la prensa y al público, lo que los hizo distinguirse como la expresión más interesante del rock de esos años. Esta banda siempre manifestó una postura crítica frente a la realidad del país (Chile), por ejemplo, la adquisición del modelo económico norteamericano “Copiamos sus barrios y su estilo de vida, we try to talk in the jet-set language, para que no nos crean incivilizados cuando visitamos sus ciudades” (Latinoamérica es un pueblo al sur de EE.UU., de La Voz de los '80) ; la exclusión de los jóvenes “A otros enseñaron secretos que a ti no, a otros dieron de verdad esa cosa llamada educación” (El baile de los que sobran, de Pateando Piedras) y el control que impuso el régimen sobre la información “Su fuerza es la ignorancia de todos nosotros, vampiros que suponen que somos felices con sobrevivir, y se aseguran que todo siga así” (Poder elegir, de La cultura de la basura). Además de sus composiciones agudas, Los Prisioneros también expusieron su malestar ante la marginación que sufrieron por parte de los medios. Los Prisioneros, como ninguna otra banda en Latinoamérica, se convirtió en la cabeza más visible y reconocida, puesto que llegó a representar a toda una generación que se hallaba prisionera e inconclusa debido a los hechos que ocurrían a diario, donde parte del país se encontraba confundido, dolido y ultrajado.
"Hoy existe una propuesta musical con la que los jóvenes se identifican. Si en una semana mechona para un festival de rock se puede convocar a casi tres mil estudiantes y en un acto central de corte simplemente político asisten 500, no hay dónde perderse", aseguraba Germán Quintanal, (Presidente FECH). Así el rock en los años 80 llegaron como la promesa de una liberación provocada por el deshielo democrático y lo que durante mucho tiempo fuera clandestino y omitido cobró de pronto el carácter de una inconmovible verdad.
Las nuevas tendencias musicales llegadas de afuera (Inglaterra especialmente) como el Punk y el New Wave comenzaron a operar en tierras chilenas y ayudaron a influenciar todo tipo de género y de nuevas propuestas, especialmente en los jóvenes y en las universidades. De esta forma, y por medio de las letras directas y lo bailable de estos nuevos sonidos los jóvenes con el rock buscaron romper con un pasado de clausura y dolor. El rock movilizador de los ochenta condensó un estadio de cosas marcado por la diferencia; un antes y un después, donde lo único claro fue la oposición al silencio y al letargo.
Así fue como en estos escenarios aparecían Los Prisioneros, tocando en diversas universidades, a pesar del descontento que mostraba Jorge González frente a estos montones de chicos a los cuales en Chile se les conoce como “hueones”, pero era en estos lugares donde comenzaron a surgir los primeros fans, donde se pasaban el dato y se iban de una universidad a otra con tal de ver al grupo y presenciar tal vez sin pensarlo, la escalada de un grupo que más tarde sería denominado "de culto", no sólo por su música, ni por su letra, sino por lo que ellos propiciaron: una recuperación de espacios, libertad e identidad.
Canciones de Los Prisioneros que a mi parecer eran las más polémicas durante los 80, eran No necesitamos banderas es uno de los temas más simbólicos y destacados del trío chileno, en donde reflejan lo que pasa con la sociedad de los 80, en especial en los jóvenes, quienes a través de esta canción quieren decir que "no necesitamos interlocutores que piensen por nosotros y que nos dicten las pautas a seguir", en pocas palabras quieren decir que nosotros, los jóvenes también tenemos pensamientos e ideas propias. “No queremos representatividad, no necesitamos banderas, no reconocemos frontera, no aceptaremos filiaciones, no escucharemos más sermones, es fácil vegetar dejar que otros hablen y decir: ellos saben más que yo” (Los Prisioneros). Además de tener una frase al final de la canción que resume el descontento con la autoridad imperante: "Ellos no están haciendo lo que al comienzo se pactó".
Y Sexo, la que obviamente solo con conocer el titulo a muchos les causaba y causa furor y a la vez miedo, pero para los que no sabían; la canción refleja el cambio de concepto que provocaba y provoca esta palabra, y con los cambios que se estaban introduciendo en la sociedad, la podíamos encontrar en cualquier parte. Fue por decirlo de alguna manera como una burla contra aquellos que trataban/tratan de censurarlo todo y que "lamentablemente" no pudieron con esta canción “te lo encuentras en la pared, en el anuncio de un licor, pegado en un mostrador, gritándote a todo color” (Sexo, Prisioneros).
Conclusión
Fabuloso es un sinónimo de imaginario, y me gusta como suena y la descripción que le puedo dar, si lo miramos desde la perspectiva de que imaginario describe bien a una sociedad reprimida, pero a la vez de una forma agradable a Los Prisioneros. ¿Por qué fabuloso representa a una sociedad reprimida?, pues debido a que, cuando hablamos de una memoria, hablamos básicamente de una imagen que la gente crea, o sea una expectativa, una realidad paralela a la realidad actual. Todos los pueblos latinoamericanos hemos sido un pueblo imaginario, debido a que siempre imaginamos el cambio, imaginamos la libertad; pero en cuanto caemos a la realidad, sabemos que no es absoluta, sino solo un pensamiento o sentimiento que tenemos. Y bueno, en mi opinión de ahí parte el rock latino, ´por ejemplo Argentina y Chile, en los 80 eran países que vivían en una constante guerra política, pero que a la vez querían ver un cambio; que no les vendieran mentiras, y en conclusión que ya no existiera más la represión en su país.
Los Prisioneros eran y son en mi opinión, el desenfado y la crítica social, pero a parte de ello si hacemos caso omiso a sus letras, y basamos nuestra atención en sus melodías se convierte en algo bailable, pero a la vez representa la alegría, y esto para mí podría considerarse algo futurista. Ellos no participaron de la contracultura, ellos aunque no lo sabían, eran contracultura, una corriente contracultural de masas en la que fueron involucrados, así como lo dicen en la canción La voz de los ochenta: "seremos fuerza, seremos cambio"; en pocas palabras ellos fueron resistencia cultural a la opresión ejercida por el Gobierno Militar, quien sistemáticamente los censuró y trató de acallar.